La Organización Mundial de la Salud (OMS), bajo el lema “Es tiempo de actuar”, hace un llamado global para intensificar los esfuerzos en el diagnóstico y tratamiento de la hepatitis. Esta iniciativa subraya la necesidad de una acción conjunta para aumentar el acceso a los servicios de salud y combatir esta silenciosa pero mortal enfermedad.
Las hepatitis B y C son infecciones crónicas que, sin un diagnóstico temprano, pueden progresar a enfermedades graves. Según la OMS en América, casi 80 mil nuevas infecciones de hepatitis B y C surgen anualmente, muchas de las cuales no son detectadas, esto resulta en más de 100 mil muertes relacionadas con la hepatitis cada año.
“La hepatitis es una inflamación del hígado que puede ser causada por virus, consumo de alcohol, acumulación de grasa en el hígado o enfermedades autoinmunes. Los tipos de hepatitis A, B, C, D y E se diferencian en sus modos de transmisión, la gravedad de la enfermedad, la distribución geográfica y los métodos de prevención. Mientras que las hepatitis A y E generalmente causan infecciones agudas que se resuelven rápidamente, las hepatitis B y C crónicas pueden llevar a enfermedades graves como cirrosis hepática y cáncer de hígado”, explicó el Dr. Marlon Rojas, Gastroenterólogo de Equilibrium.
Según el especialista los síntomas iniciales de la hepatitis incluyen: malestar general, fiebre, y dolor abdominal, seguido por ictericia (coloración amarilla de la piel y los ojos). El diagnóstico temprano, basado en la historia clínica y exámenes de laboratorio, es fundamental para prevenir la progresión de la enfermedad a fibrosis y cirrosis.
“Algunas medidas de prevención son: lavarse las manos con agua y jabón después de usar el baño y antes de preparar o consumir alimentos, asegurarse el acceso a agua potable, uso de agujas y jeringas desechables y el uso de preservativos y evitar conductas de riesgo”, mencionó el Dr. Rojas.
Un estudio de la OMS estima que, para 2030, se podrían prevenir 4,5 millones de muertes prematuras en países de ingresos bajos y medianos mediante vacunación, pruebas de diagnóstico, medicamentos y campañas de educación. Según su informe mundial sobre las hepatitis de 2024, la hepatitis es la segunda causa infecciosa de muerte en el mundo, con 1,3 millones de fallecimientos anuales.