Kellogg reafirma su compromiso con la protección del medio ambiente al impulsar cambios importantes en cuanto a la producción de cada uno de sus alimentos, para que éstos no sólo sean buenos para la salud de las personas, sino también para el medio ambiente.
Los consumidores quieren conocer cada vez mejor los alimentos que consumen, quién los cultiva, cómo se elaboran y cómo se empacan. Además, la sociedad en la actualidad muestra una clara preocupación por saber si habrá suficiente comida para todos en un futuro y conocer los procesos de las empresas en cuanto al cuidado de nuestro planeta.
Según la Ellen MacArthur Foundation, organización benéfica que tiene como objetivo inspirar a una generación a repensar, rediseñar y construir un futuro positivo a través del marco de una economía circular, de los 311 millones de toneladas de plástico producidas cada año, solo el 14 por ciento de los envases de plástico se recolectan para reciclar a nivel mundial y sólo el 5 por ciento se retiene para un segundo uso.
En línea con su compromiso con el cuidado del medio ambiente, desde 1906 la multinacional comenzó a fabricar sus cajas de cereal con contenido reciclado; y en el 2018 implementó la «ecologización» de sus instalaciones, implementando productos de servicio de alimentos compostables y de papel, en todas sus plantas y oficinas a nivel mundial.
En la actualidad, la marca lleva a cabo un proyecto para sustituir las bolsas de cereal por un material listo para reciclaje, acción que les permite eliminar aproximadamente 480 toneladas de envases no reciclables dentro de sus cadenas de suministro; al momento en la región de Latinoamérica se tiene un avance del 80%.
Asimismo, la compañía crea consciencia entre sus colaboradores para fomentar el cambio desde dentro. Destacan sus iniciativas para eliminar el uso de pajillas de plástico y botellas de agua de plástico.
Además, trabajan cada día de la mano de sus proveedores para identificar los diseños de empaque que minimicen el desperdicio y garanticen la calidad y seguridad de sus alimentos.
«No podemos lograr este ambicioso objetivo por sí solos, colaboramos con socios externos nuevos y existentes, y nuestros clientes para identificar soluciones de envasado que protejan y mejoren nuestros alimentos al tiempo que brindan la calidad y el excelente sabor que los consumidores esperan de nosotros», expresó Paulo Ruíz Ayala, Director de compras y abastecimiento responsable para Kellogg Latinoamérica.
Como una compañía global de alimentos, Kellogg está comprometido a tomar acción ante los aspectos tan críticos vinculados al clima y a la seguridad alimentaria. Actualmente la compañía enfrenta diferentes desafíos, especialmente respecto a las consecuencias e impactos del cambio climático.
Al ser una empresa cuyo negocio depende en gran parte de las comunidades y la agricultura, es su deber responder el llamado hacia la sustentabilidad, diseñando iniciativas y formando alianzas que les apoyen en este recorrido.
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